lunes, febrero 23, 2009

Espejo


El Enano descubre que alguien lo mira. Tiene su tamaño y lo ve muy flaquito. Le molesta un poco que el otro lo mire tanto con los ojos grandes, y le dan ganas de sacarle la lengua, pero se arrepiente, porque le parece ver algo en los ojos del flaquito y le viene como un dolor de panza y ganas de llorar. El Enano entonces decide levantar una mano y saludarlo. El otro hace lo mismo que él. El Enano sigue pensando que el otro tiene los ojos tristes y está demasiado flaco. Con las mejillas sucias de lágrimas que no terminan de salir, el Enano siente que muy pocas veces tuvo al frente un espejo tan fiel.

1 comentario:

Juanjo Domínguez dijo...

Un relato simétrico, hijita. (Pobre enano)