2009
Si hay algo que sabemos hacer los argentinos es festejar. Armándonos de a pedazos, con el corazón destruído, la cabeza saturada, los brazos cansados, festejamos. Lo que sea. Un trabajo nuevo, una materia aprobada, un amor nuevo, la partida del amor viejo, un hijo que llega, otro que pasa de curso, siempre, siempre hay por qué festejar. Nosotros sabemos más que nadie que un año que comienza es la esperanza a algo nuevo, no sabemos si bueno o malo, pero nuevo.
Este año llegamos al último día, rearmándonos mil veces. A pocas horas, se acerca el momento de levantar la copa, y esperar que el nuevo año esté entre nosotros. Para que las presencias se multipliquen y los huecos de la ausencia se sanen. ¡Salud!