domingo, marzo 25, 2007

El dolor de una hija

El otro día, yendo a la biblioteca de mi barrio, en Toulouse, escuché un “adiós bellezas” con evidente acento argentino. La curiosidad hizo que me diera vuelta y entonces vi que el saludo se dirigía a una mujer de más o menos mi edad y a su hija, que iban de la mano. La mujer contestó: “Chau papá”, y cada uno siguió su camino. También yo, claro. Pero con repentinos ojos nublados, con emociones y pensamientos inesperados en esa tranquila tarde de sol. A mí nunca me iba a pasar algo así: mi papá viéndome irme de la mano de una de mis hijas; mi papá en la ciudad francesa donde vivo; mi papá conociéndome a mí adulta; yo conociéndolo a él como abuelo, como señor mayor, mis hijas escuchándole decirles algo lleno de ternura...

La persona que cuenta esto se llama Valeria Sobel y es hija de Héctor Sobel,quien fue abogado defensor de presos políticos y desapareció el 20 de abril de 1976.La carta de Valeria salió publicada el sábado 24 en el Página 12 y ella cuenta ahí lo que significa ser hija de un desaparecido. Para leer la carta, hacé clik acá

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