domingo, marzo 16, 2008

Poesía de domingo

IV, 88
(dedicada a Victoria, que hoy esperó su poesía)

Hay corazones sin dueño,
que no tuvieron nunca la oportunidad
de regir como un péndulo casi atroz
el laborioso espasmo de la carne.

Hay corazones de repuesto,
que esperan sabiamente
o por quién sabe qué mandato
el momento de asumir su locura.

Hay corazones sobrantes,
que se descuelgan como puños de contrabando
desde la permanente anomalía
de ser un corazón.

Y hay también un corazón perdido,
una campana de silencio,
que nadie sin embargo ha encontrado
entre todas las cosas perdidas de la tierra.

Pero todo corazón es un testigo
y una segura prueba
de que la vida es una escala inadecuada
para trazar el mapa de la vida.

Roberto Juarróz, Poesía vertical IV

1 comentario:

victoria dijo...

Porque mucho pierde sentido sin el espamo de la carne.
Porque siempre es valioso aventurarse a la locura.
Porque la permanente anomalia merece sus aplausos y gritar lo silencioso del perdido corazon.
Porque mas que ser testigos, cuenta ser carne, locura, anomalia, grito.
Irremediablemente, luego todo sera silencio.

Gracias, me gusto mucho verte. Un beso grande y fuerte