domingo, noviembre 21, 2010

Mucho sentimiento

Querido Rey de la Cabina:

¿por qué llamamos amor al amor?
con lo que cuesta, con lo que duele,
con lo que tarda, con lo que arde,
con lo que falta, con lo que quema,
con lo que ausencia, con lo que tiene,
con lo que viene, con lo que ahueca,
con lo que silencia, con lo canta,
con lo que arrulla, con lo que leche,
con lo que vibra, con lo que abraza,
con lo que olvida, con lo que vida,
con lo que pajarito, pajarito,
caracolito tan poco mío y de nadie.

Yo, que nunca te tendré.
Y aunque no te lleguen mis correos
te escribo,
y aunque no sepa si los lees,
te escribo.
Te escribía.

Ciega de ausencia de no verte,
ciega al resto de tu hueco en el mundo.
Harta de abrazar calaveras de tu presencia
siento el aire que alimenta mis pulmones,
respiro al imaginar que volvería a tenerte
enfrente mío, doblando tu ropa y los jazmines,
apoyando los azahares de tu frente.
Aunque falten siglos para tanto verano,
y hoy sólo tenga para ofrecerte
un otoño lleno de hojas que se retiran
regalando su turno a lo inventado.
Quiero regresar
sólo para lo imprevisto,
para lo que deba nacer de tus manos y las mías.

Para nada que ya haya sido escrito o dibujado.
Ni en tu alma, ni en la mía.

Paloma

de Luis María Pescetti, en Cartas a un Rey de la Cabina.

2 comentarios:

La Mer dijo...

Mi primer comentario en un blog, sólo para decir que qué lindo esto y qué hermoso tu comienzo de Totó!

Maby dijo...

Gracias Mercedes! Te quiero mucho! Yo también te extraño!