lunes, mayo 18, 2009

Partió Benedetti, el poeta necesario



Luchador incansable de la poesía, militante combativo de la pluma, defensor de la alegría y compañía en las frías partidas del exilio latinoamericano. La muerte lo encontró a Mario Benedetti un domingo por la tarde. Hace meses que lo buscaba, hasta que el poeta, largó su pluma y se dejó encontrar. Mario fue casi un tío, enfermo de asma, como yo. Testigo de emociones, de mis primeros amores y autor de aquellos poemas militantes que circulaban entre novios, también militantes. "Siempre se vuelve a Benedetti", decíamos hace un par de meses con una amiga. Es cierto. Siempre puteamos contra las injusticia, siempre estamos alerta, siempre amamos, siempre estamos anclados, siempre tristes, siempre nos enamoramos, siempre nos dejan. Benedetti nos enseñó mucho de todas esas cosas. Fue una palabra necesaria. Con su muerte es inevitable pensar que se mueren de a poco, algunas palabras.
Les dejo acá el homenaje que dos amigos bloggeros realizaron en sus respectivos blog (uno de ellos, Rubén, fue quien me regaló mi primer Inventario); el homenaje impecable de Página 12, y una nota del diario El País, de Madrid.
"Adiós al poeta latinoamericano"
"Mi amor, mi cómplice y todo"
"Adiós al poeta del compromiso"
“Por favor, no se olviden de mi bolígrafo”

2 comentarios:

Juanjo Domínguez dijo...

Poeta necesario. Me encantó el concepto. Un abrazo, hijita.

Anónimo dijo...

Chau número tres

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.

(Mario Benedetti)

Un chau para vos amiga, besos