lunes, enero 12, 2009

Brillos


El Enano no tiene la más remota idea de lo que le está pasando. Lo sospecha, muy en el fondo de su cabeza, sobre todo cuando la panza se le endurece cada vez que asoma la cabeza por la ventana y la ve pasar. Ella sí que no sospecha nada. No sabe que los ojos del Enano se van con ella. Es linda, morocha, del mismo tamaño que él y con unos ojos hermosos. Sonríe todo el tiempo y eso la hace más hermosa. El Enano no es de mucho sonreír por eso ella le llama la atención. A ella, cuando se ríe se le salen brillitos de sus ojos, y el Enano no puede dejar de pensar que los brillitos caen sobre él. Sabe que cuando el sol enrojece pasa por la vereda con el delantal desabrochado y los pelos desordenados, y él la espera escondido detrás de la ventana con el corazón paralizado.

2 comentarios:

victoria dijo...

Mabela, como crece el Enano! Recuerdo la última vez que lo leí, si apenas era un niño renegando frente a la farsa del dobladillo. Y ahora se me lo enamoró el chico. Me impresiona a como camina la juventud, ja.
Hermoso verlo al pequeñin envuelto en brillos ajenos, eso siempre da cosquillas. Un beso

Maby dijo...

Sí, los chicos siempre crecen, es raro verlo crecer. Él está cada día más lindo, Victoria, gracias. Un abrazo y un grillo.