viernes, septiembre 12, 2008

Pena, ternura y dolor


Hoy el dolor no puede apunarse aunque nos subamos a la parte más alta de la montaña. Además en Tucumán está lloviendo y yo estoy lejos. Hoy a la siesta, murió el Chivo. La noticia me llegó por mensaje de texto, por llamadas y yo sin poder mover un músculo porque estaba dando clases. Una de mis primeras experiencias como periodista fue entrevistarlo al Chivo. Me recibió en su casa con su esposa, me sirvieron café y él comenzó a hablarme, de música, de libros, de sus amigos, de sus anécdotas, y de repente habían pasado cuatro horas. Mi mano estaba agotada y él no paraba de contar ni de hablar. "Nos gusta mucho que nos visiten, pero así, tranquilito", decía el Chivo y seguía contando sin parar, mientras soltaba frases al pasar, "la vidala es el alma del hombre hecha canto", te decía y seguía como si nada. Sus ojos me recordaban a los ojos de mi abuelo, eran claros y transmitían mucho saber. Su voz pausada decía siempre cosas filosas y su cabeza volaba todo el tiempo, entre frases y melodías. Hay veces en que no se le puede poner frenos a la tristeza. Hoy es una de esas veces.

Subo

Me voy a los cerros, alto
A llorar a solas, lejos
A ver si se apuna el dolor
Subo, subo

Los ranchos quedaron atras
Las nubes muy cerca
Ya estan
A ver si se apuna el dolor
Subo, subo

La quena muy triste toco
Y me habla llorando de vos
A ver si se apuna el dolor
Subo, subo

Chivo Valladares

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya amanece el nuevo día,
ya la esperanza amanece;
y en las ancas de la vida
va calladita la muerte.

(Poesía de Raúl Galán y música del Rolando Valladares)

Le mando un abrazo fuerte, hijita. Oportunamente le rendiremos un homenaje al Chivo.

Luciana Poliche dijo...

Que tristeza, me cabo de enterar

Anónimo dijo...

Como dijo Leopoldo Deza: "Vaya tranquilo, Chivo querido. Los lapachos y los tarcos están floridos".

Mabicita, ya nos juntaremos a recordar al gran Valladares. Un abrazo. Tobías.