jueves, septiembre 22, 2011

Los pibes


-¡No tiren, nos entregamos!

 Luis dice que murmuraron un "no" repetido: "No, no, no", un "no" en el que no estaban pudiendo creer que los fusilaran: "Nos salió taparnos y decir 'no, no', como cuando te pegan de chico", me contó Luisito en un pabellón de la cárcel de Ezeiza, condenado a siete años de cárcel por los robos que después de la muerte del Frente siguió cometiendo, exultante al recordar los viejos tiempos después de tanto, el día de su cumpleaños veintiuno. 
Y describió sin para la escena final: silbaron en el aire estrecho de aquella miserable habitación de dos por dos cinco disparos a quemarropa. Luis supo que los fusilaban; como impulsado por un resorte saltó hacia la puerta. En el aire una bala le rozó el cráneo. Quedó con la mitad del cuerpo afuera del rancho ganándole medio metro al pasillo. Se desmayó. El Frente intentó protegerse cruzando las manos sobre la cara como sin con ellas tapara un molesto rayo de sol. Luisito recuperó la conciencia a los pocos minutos, pero se quedó petrificado tratando de parecer un cadáver. 
El Frente falleció casi en el momento en que el plomo policial le destruyó la cara. Las pericias dieron cuenta de cinco orificios de bala en Víctor Manuel Vital. Pero fueron sólo cuatro disparos. Uno de ellos le atravesó la mano con que intentaba cubrirse y entró en el pómulo. Otro más dio en la mejilla. Y los dos últimos en el hombro. En la causa judicial, el Paraguayo Sosa declaró que Víctor murió parado y con un arma en la mano. 

fragmento del libro 
Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. Vidas de pibes chorros, 
de Cristian Alarcón. 

No hay comentarios.: