lunes, julio 20, 2009

Hermanos


El Enano está triste. Su amigo está cansado de trabajar y de no tener plata. Su amigo vivió como él la condena de ser pobre, y ahora triste. El Enano no quiere ver así a su amigo, y quiere decirle algo pero no puede. Sólo va a su lado y siente la misma tristeza que él, y le dan ganas de llorar como está llorando ahora su amigo porque está cansado de ser pobre. Pero no pobre sin plata, pobre sin nada. El Enano sabe que lo más valioso de un hombre es la vida, y la libertad también, pero a veces no basta. Entonces todos los pobres del mundo, como su amigo, como él se cansan y ya nada importa. Porque la vida no es la misma ni vale tanto cuando uno tiene hambre y frío, y se está así de triste. El Enano quiere más que nunca a su amigo y quisiera darle todo lo que le falta, pero apenas él tiene para ayudar a su mamá que trabaja todo el día y vive cansada. "Eso digo, el cansancio", le dice su amigo y enciende el pucho que le quedó de ayer. El cansancio, repite el Enano. "Sí, el cansancio de no tener y de que te traten mal, y de que se rían de vos y de que te digan vago", dice con amargura su amigo. El Enano tiene ganas de llorar, se siente angustiado, y decide estar para siempre al lado de su amigo. Le gustaría que no sufra, que nadie sufra, menos su mamá, ni su amigo que hoy es más que nunca su único hermano en el mundo.

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