lunes, diciembre 29, 2008

Desayuno


El mate cocido tarda mucho más en enfriarse que el café, y mucho menos que el té. Aunque lo revuelva y de tanto revolver caigan algunas gotas en el mantel. El Enano mira por la ventana y ve pasar a su amigo del frente que se va a hacer las compras. La mamá del vecino del frente va a trabajar temprano, como la suya, con la diferencia de que él no tiene a nadie más que a su mamá. El vecino, en cambio, tiene dos hermanos. Todos menores a él, y a veces tiene que cocinarles. Otras veces ni siquiera puede ir a la escuela para cuidarlos, porque alguno está resfriado o con vómitos, o con alguna de esas pestes que siempre tienen los chicos. Su vecino trabaja como un ama de casa hasta que vuelve su madre, y entonces, recién entonces puede jugar. Por eso, cuando el Enano ve que su vecino parte a la verdulería, o sale a darle la mamadera a la más chiquita, para no tentarlo, ni le silba, porque a su vecino enseguida se le vienen las ganas de salir. El Enano se hace su propio mate cocido que tarda por lo menos quince minutos en enfriarse, y después también se cocina alguna macanita para comer antes de ir a la escuela, pero no siempre, porque la mamá le deja a veces algo en la heladera. En el fondo piensa que le gustaría que el vecino lo invite a comer porque él no tiene ni hermanos. El Enano mientras comienza a tomar el mate cocido piensa también en el amor de hermanos, ese misterio, y decide de repente que el amor entre hermanos es más grande que el amor de una madre, no así el perdón. Un hermano sabe todo del otro y lo ama como a nadie y hasta a veces puede perder la vida por defenderlo, pero no siempre perdona. Una madre en cambio, perdona absolutamente todo a su hijo, con ceguera con confianza, con amor de madre. El Enano saca las migas, y mientras el pan va quedando hueco, piensa qué será mejor. Y no sabe si prefiere el amor de madre o el amor de hermano.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó.

Contar con Letras dijo...

me gusta lo que escribis... te dejo este enlace www.contarconletras.blogspot.com

saludos desde córdoba

Anónimo dijo...

Maby se me mezclaron los post y pensé en los enanos que por estas horas deben estar entrenando frenéticamente la puntería con las piedras en la mano. Son sólo enanos, como el tuyo.