Billet doux
No creas que he olvidado. Suelo. Pero no hay olvido de agua salada, una memoria de llagas: hidra de bocas amarillas. Ningún peligro de que te falte tu lugar en el tiempo; inscripta con honor en la noche más pegajosa, en la cama más hundida. Una medalla verde bajo la palma de la mano. Muerta en la escalera, entre el segundo y el tercero. Por autor o autores desconocidos. Descuida, pues, sigue gozando. Indescifrable, no descifres nada. Sin indicación ni remitente.
Julio Cortázar, de “Fondo de cajón”, Papeles inesperados
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