lunes, enero 30, 2012

Sobre escribir


Muchas veces nos hemos preguntado si valía la pena escribir. Pero ya no vale la pena insistir en esa pregunta. Evidentemente, puede ser necesario escribir y también innecesario si alguien no siente la exigencia. Pero antes de hacerlo verdaderamente habría que silenciarse un tiempo, habría que examinar esta necesidad, ponderarla, probarla, someterla a un callado escrutinio y llevarla con uno mismo para ver si ella, la necesidad, sobrevive a nuestras más inclementes averiguaciones. Y entonces, quizá convenga poner en práctica los tonos de una conversación corriente y partir de allí. Hablo, claro está de una conversación corriente nada habitual. 


de “Treinta y dos consideraciones a propósito de un oficio”, Rodolfo Rabanal en La costa bárbara: literatura y experiencia. 

jueves, enero 26, 2012

A un genocida muerto

Hecho piltrafa y extraviado el rumbo
ha muerto en soledad el genocida
y en mi provincia oigo cantar la vida
aun la que segó su tiro inmundo.

Pudo sortear la cárcel de los hombres
más no los cepos de la hedionda tumba,
allá donde el delirio se derrumba
y perece el poder y sus horrores.

Pido a la tierra que se vuelva yerma
y expanda sobre el túmulo un invierno.
Que no fecunde sus gérmenes el cieno
porque le niegue el sol su luz eterna.

El genocida va, llevando sucia gloria
lo han de juzgar ahora nuestros muertos
que habitan el altar de la memoria.

Néstor Soria 
(poema leído por Juan Falú el 25/1 en el escenario de Cosquín)

martes, enero 24, 2012

Equipito



Gracias Diego Jemio por mostrarme este cortometraje.

domingo, enero 22, 2012

Perón, kirchnerismo y Sarlo por Diego Capusotto

–Fuiste uno de los primeros en introducir elementos peronistas a la hora de hacer humor en la tele. Hoy eso es mucho más habitual. ¿Ves positivo ese cambio?
–El peronismo atravesó puertas. Y me parece que empezó a entender el fenómeno peronista como algo posible, como un movimiento que generó políticas concretas pero también como un imaginario que estimuló a pensarlo como otra cosa que no fue. Y, en un punto, eso también es el peronismo y la figura propia de Perón: un militar que decía de la casa al trabajo y del trabajo a la casa en función de algo concreto, pero que también despertaba una imaginación mucho más fantástica y literaria. Nosotros en el programa incorporamos a Perón en un lugar que supuestamente no podía estar que era el de padre del rock nacional. La ruptura de los sentidos que pedía el rock en los ’70, cierta cuestión contracultural, difería totalmente de la política de masas, de cierta cosa casi paternalista del peronismo. Sin embargo ahí está en el programa. Con ambos aspectos.

–¿Qué te parecieron las disputas intelectuales como las que se dieron últimamente entre Carta Abierta y Plataforma 2012 o, antes, entre Beatriz Sarlo y 6,7,8?
–Yo, en general, me muevo más entre la gente de la intelectualidad que entre la de la militancia (más allá de que tenga muchos amigos militantes también). Pero en relación a la intelectualidad tengo una contradicción y es que, aún en aquellos que intentan hacer una crítica valorable, aparece a veces una mirada de la política como vista desde un segundo piso de la casa, desde la sobremesa del asado literario, que no me convence. La realidad política es mucho más compleja. Es meter los pies en el barro, negociar con el más sucio. Esas cosas los intelectuales lo saben, no son ingenuos. Pero me parece que no lo quieren ver.

–¿Y a Beatriz Sarlo como la ves en ese esquema?
–Me parece que entre las antípodas del kirchnerismo la única intelectual que puede hacer base ahí probablemente sea ella. Se ve que le gusta ser la primera línea de esa intelecutalidad antikirchnerista. En la obra de teatro antikirchnerista ella está arriba como Cherutti y Artaza (risas). Sin duda es una intelectual valiosa, pero avalada por sectores berretas que la aprovechan para poder discutir medianamente de igual a igual porque si es por ellos no pueden discutir nada. De todos modos, yo no centraría la discusión política entre sectores intelectuales. Mi apuro está en la gente que está más desclasada y que de verdad la está pasando mal.

Entrevista de Juan Manuel Strassburger a Diego Capusotto, para el diario Tiempo Argentino el domingo 22 de enero. Para leer la nota entera, hacé click acá.
(la foto es del fotoperiodista Diego Paruelo)

miércoles, enero 18, 2012

Pájaros


Dibujo de Liniers, dedicado a Mercedes Sosa

martes, enero 17, 2012

El peronismo según Dolina.

"Yo no estoy seguro de que el peronismo tiene, más allá de su doctrina, una visión original, rigurosa o abarcadora. No creo. Pero qué importa. ¿O alguien se hace peronista porque funcione o no el criterio de falsabilidad en las 20 verdades? No. Hay un sentimiento ahí. Pero también una praxis, una forma de hacer las cosas y unos intereses claramente expresados. ¿O alguien cree por ventura que este avance estupendo de la economía y de los que menos tienen, este formidable cambio que se ha dado de 2002 para acá podría haber cabalgado sobre otra organización política que no fuera el peronismo? ¡No! ¡No podría! Pero no porque “para un peronista no hay nada mejor que otro peronista” o porque “los únicos privilegiados son los niños”, sino porque hay una capacidad de gestión en el peronismo, intrínseca, que pertenece a su propio ser más que a su propio pensar. Un lugar donde el poder te pasa cerca, ahí nomás. Y donde la preocupación por los pobres es central. Porque hay un prototipo de progresista que está muy preocupado por las minorías étnicas, las cuestiones civiles, el respeto por las culturas. Pero de los pobres no habla nunca. Y el peronismo está cada minuto que pasa con esa preocupación: cómo la pasa un pobre y qué podemos hacer para que la pase mejor".

Entrevista de Juan Manuel Strassburger a Alejandro Dolina, publicada en el diario Tiempo Argentino en la edición del domingo 15 de enero. Para leerla completa, hacé click acá

domingo, enero 15, 2012

Los cómplices

Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.

Gonzalo Rojas

Sexto B

Fue el espacio que elegí para diseñar un proyecto de vida que no prosperó, porque nacieron otros. Al poco tiempo de habitarlo, se convirtió en el lugar de encuentro para amigos, compañeros, y desconocidos.

Entre esas cuatro paredes pasaron muchas cosas. Quedaron allí noches largas de discusiones políticas, confesiones de todo tipo, lágrimas desesperadas, cumpleaños, risas, pasos de baile, brindis y hasta una cañita voladora que salió desde el balcón con miles de buenos deseos.

Fue el lugar elegido para terminar las noches truncas por el 4AM tucumano. También fue el centro de operaciones para el armado de talleres, cierres de etapas, trabajos para la fundación, reuniones, diseños de proyectos, sedes gremiales y hasta para salas de ensayo.

Fue mi casa durante muchos años, incluso hasta este último en el que no la habité. Aquí abandoné por quinta vez al mismo amor que está acá conmigo todavía, nacieron y renacieron otros, se terminaron muchos, regresaron muchos otros; algunos se fueron para no volver nunca más y otros todavía pasan mirando de reojo la esquina con ganas de tocar el timbre.

Desde el balcón pensé miles de veces qué hacer con mi vida todas esas miles de veces que quedé sin trabajo.

En este lugar, lloré a mi madrina, a mi abuelo, me atrincheré para no despedirme de mi tío preferido cuando decidió partir, y busqué incansablemente fuerzas para soportar la muerte de mi tía.

Ahí, se conocieron muchos de mis amigos y hasta nació un gran amor. El portero fue tocado para contar secretos, para pedir auxilio, para llorar, o simplemente para mirar la calle desde el balcón. Pasó mucha gente, amigos de todas partes que llegaron para estar un día, dos días, tres, semanas. Todos fueron parte de este departamento.

No tenía muchos muebles, pero estaba lleno de papeles y de poesías. Las heladeras siempre fueron diminutas, pero todas tenían una Coca Cola adentro. Tenía poca luz y música todo el tiempo a toda hora. Era chico, pero nunca se notó.

El viernes tuve que abandonarlo, entregar la llave, partirme en dos. Recordé el momento en que lo conocí y debo decir que nunca pensé que iba a significar tanto para mí y para tanta gente. Siento que quedaron atrás siete años de mi vida, y que ahora hay que empezar a pensar de nuevo cómo se sigue. Quedan de acá mis amigos, los que pasaron estos años conmigo y que los llevo guardados dentro mío como un amuleto de la mejor fortuna.