El día que Hamlet escuchó su zamba
Una noche llegué a “El Hormiguero”. Ese fue el lugar, cerrado ya “Cerrito 34”, que albergó a todos los cantores, músicos y poetas de aquí y de allá. Para entrar había que bajar por una estrecha escalera con paredes y techos circulares color tierra, como si fuera un túnel de entrada para las hormigas, justificando el nombre. En “El Hormiguero” nació para el público en la voz de Mercedes Sosa, recién separada de Oscar Matus, la “Zamba para no morir”. Se la había hecho conocer, a menos de un mes de compuesta, Moncho Miérez que transitaba su primera juventud de notable guitarrista.
"Zamba para no morir", Mercedes Sosa, del álbum Para cantarle a mi gente, 1967.